Athenea se pregunta cómo acercar al visitante a diversas experiencias en el territorio del Quindío, más allá de las ofrecidas de manera abundante por el turismo tradicional. Nace con cariño y con respeto para brindar un servicio que convida a los visitantes a ‘abrirse a nuestro mundo’. En realidad, se genera una interacción recíproca entre el mundo de Athenea y el mundo de los visitantes. Athenea da a conocer a El Quindío de otras formas, posibilita vivir experiencias desde otro punto de vista, más allá de los lentes con los que muchos visitan nuestro país y el territorio del Eje Cafetero.

De esta manera, Athenea extiende una invitación a enaltecer a las comunidades rurales a través de una mirada más consciente sobre su participación en la construcción de sociedad. Esto conlleva el reconocimiento social de sus habitantes, el conocimiento de su día a día y la exaltación de las labores del campo, pues sin los aliados en estos territorios del Quindío, la propuesta de turismo de lo cotidiano no sería posible de experimentar.

Athenea, entonces, cuenta historias de la gente que está detrás de cada puerta y de cada ventana de los pueblos que visita; narra de forma experiencial la vida misma de las rutas elegidas; se acerca al dibujo de los rostros que hacen posible el diario vivir en estos pueblos y fincas; teje la conexión con la naturaleza y de cada visitante consigo mismo. No hay maquillajes ni escenografías en estos recorridos por el Quindío o Quindus – Edén–, en la lengua indígena de uno de sus primeros habitantes, los Quimbayas, según cuentan algunos.  ¡Bienllegados al Edén de los Andes centrales de Colombia!