
Cinco cacao, Experiencia de Cacao en el Quindío
La familia Álvarez Pachón ha construido esta finca con fuerza y trabajo desde hace 80 años; Asi mismo, con perseverancia y resiliencia hace 8 años han dado protagonismo a la planta de cacao, para hoy ofrecer al visitante una deliciosa experiencia. Lentamente, como si una cortina se abriera, se vislumbra el camino hacia sus cultivos y su casa. En estos espacios se puede comprender el corazón que nos ofrece esta planta tan nuestra, venida de tantas generaciones, acompañante de las travesías de los ancestros.
Esta vivencia es un descubrimiento sorprendente. Los Álvarez Pachón entregan un mensaje contundente sobre el esfuerzo por el cuidado y la relación de los campesinos con la naturaleza, que alimenta generosamente nuestras mesas en el día de hoy. La familia se ha convertido en custodia de la semilla del cacao, ha comprometido su vida y su tierra convirtiéndola en un hogar para todos sus miembros y para este cultivo ancestral.
La ruta está llena de estímulos y sorpresas. Esta planta pechichona requiere primero de años de atención y alimentación, antes de entregar su fruto nacido de una flor que parece un hada. Asombra ver en las mazorcas, de la cual saldrán los preciados granos que serán transformados mágicamente por las manos campesina. De allí saldrán aromas y sabores deseados, que pueden ser endulzados y suavizados antes de llegar al paladar. Luego llega un momento mágico: un sorbo de chocolate, guardadito en una taza de cacao artesanal recién hecho, que nos ayuda a comprender el origen de tantas cosas que llegan a nuestra mesa. Degustar el chocolate, se enmarca con el bello paisaje de guaduales, plataneras, y con el aleteo aves que revolotean por el lugar.
La experiencia artesanal nos acerca a la comprensión del esfuerzo de las manos campesinas que sostienen las tradiciones del hacer y del cuidar los frutos de la Tierra.



